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La localización
espectacular y privilegiada de esta casa encaramada en el lomo de La
Ballena con vistas al oeste y al este (puesta de sol y Punta del Este) era
totalmente desconocida por los arreglos que introdujeron los antiguos
propietarios. Pequeñísimas ventanas, largos corredores y baños pequeños
quitaban valor a una propiedad tan singular.
El encargo de los trabajos de remodelación y ampliación se obtuvo a través de un
concurso privado de ideas. Los nuevos criterios fueron priorizar las magníficas
vistas, tener ambientes muy amplios, luminosos, respetando el lenguaje
arquitectónico y adaptándose a la geografía del terreno.
Los viejos pisos de mármol blanco y negro, las volumetrías netas, los granitos
negros que daban carácter a los interiores junto con los cielorrasos texturados
y los muros blancos rústicos existentes pautaron el futuro diseño del proyecto.
Se tuvo especial cuidado en los infinitos detalles en la cocina y los baños, que
fueron revestidos de valiosos mármoles y granitos naturales. Cielorrasos y
pérgolas con rolos y cañas en la terraza contrastan con ellos dando informalidad
al conjunto. El diseño de los interiores se realizó en conjunto con los
propietarios mezclando piezas de anticuarios con muebles nuevos y
contemporáneos.
Con gran primacía del blanco en los tapizados, el uso de maderas nobles,
textiles, alfombras y accesorios de materiales naturales (cuero, cristal,
algodón, lana) en su mayoría de colores vibrantes, permiten dar riqueza al
conjunto tanto en texturas como en color.
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