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Residencia del escultor Guillermo Riva Zuchelli

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La residencia y taller de escultura del entrañable amigo Guillermo Riva-Zucchelli y su esposa se construyó a modo de pueblo rural en un predio de 30 hectáreas, a lo largo de más de 10 años.
Este proceso comenzó con un pequeño concurso de ideas en el que el ingeniero escultor artista invitó a sus multiples amigos arquitectos a participar.
El programa planteaba una casa tipo pueblito de montaña e incluía un taller de escultura para su trabajo.
La tarea fue realizada por nosotros en conjunto con el talentoso Arq. Juan Bastarrica, hoy prematuramente desaparecido. Se contó también en los inicios con la participación del Arq. Ruben Otero.
El proceso creativo fue un largo y enriquecedor camino de interacción entre nuestro equipo de arquitectos y los singulares propietarios.
El desafío fue múltiple para la creación arquitectónica:
el proyecto debía encaramarse en la sierra de La Ballena, donde una majestuosa y silenciosa naturaleza de cerros rocosos poblados de liquenes con infinitos niveles condicionaba las soluciones.
A su vez,dicho entorno nos permitíría disfrutar del descubrimiento a través de los distintos espacios, ventanas, y lugares de la presencia distante y sugestiva del cambiante paisaje de la laguna del sauce y de la lejana franja azul del rio de la plata que coincidentemente acunan hermosos atardeceres.
Debía realizarse por etapas, debía ser muy especial, debía tener generosos espacios y además debía tener costos muy razonables. Casa, taller, galerías de verano e invierno para vivir y exponer el arte propio y ajeno, centro de reuniones, logia, plaza, mirador, campanario, tajamares, cocheras, piscina excavada en las rocas, parque de esculturas, caminos, más de 1000 árboles y miles de plantas y flores se fueron sumando a ese entorno privilegiado a lo largo del tiempo buscando cada detalle, cada rincón, cada espacio, cada perspectiva, cada color, cada forma, cada material, en una ebullición permanente donde se incorporaban nuevas ideas y proyectos cada verano para construirse y concretarse posteriormente en el próximo invierno.
El artista y los arquitectos en conjunto fuimos con sensibilidad y mucho amor, en los sulfitos y en los ladrillos sobre las piedras, creando algo más que una casa y un taller, fuimos creando un lugar totalmente personal, una colección de arte y de emociones en el que sin duda todos los protagonistas dimos algo muy entrañable de nosotros mismos que se palpa en la atmósfera.

 
     

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